Kimberly Cheatle, quien desde agosto de 2022 ocupaba el cargo de directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, anunció hoy su renuncia después del atentado contra el expresidente y candidato republicano Donald Trump durante un mitin en Butler, Pensilvania, el pasado 13 de julio de 2024. El incidente, en el que un joven de 20 años disparó contra Trump hiriéndolo en una oreja, ha desencadenado una intensa presión sobre Cheatle por parte de ambos partidos políticos.

 

En un comunicado enviado por correo electrónico, Cheatle asumió la plena responsabilidad por la falla de seguridad que permitió el ataque, calificándolo como el “mayor fallo operativo” del Servicio Secreto en décadas. “A la luz de los recientes acontecimientos, he tomado con gran pesar la difícil decisión de dejar el cargo de directora”, expresó Cheatle.

 

La renuncia de Cheatle se produce después de comparecer ante una comisión del Congreso, donde reconoció que el ataque representó un fracaso significativo de la agencia encargada de proteger a altos funcionarios del gobierno estadounidense. Además de las heridas sufridas por Trump en el incidente, dos personas resultaron gravemente heridas y Corey Comperatore, un bombero de 50 años de Pensilvania, perdió trágicamente la vida.

 

El agresor, residente en un pueblo cercano a Butler, fue neutralizado en menos de 30 segundos por un francotirador del Servicio Secreto, luego de realizar ocho disparos. Este evento ha provocado un profundo debate sobre la efectividad y las medidas de protección del Servicio Secreto en un momento de alta tensión política y social en Estados Unidos.

 

La renuncia de Kimberly Cheatle marca un punto crítico en las repercusiones políticas y de seguridad derivadas del atentado, resaltando la necesidad de revisar y reforzar los protocolos de seguridad para eventos políticos en el país.