Al menos tres miembros de las fuerzas de seguridad de los talibanes y ocho presuntos miembros del grupo Estado Islámico (EI) murieron tras un operativo especial talibán contra los yihadistas, que se han convertido en la mayor amenaza de seguridad de Afganistán.

En la operación de las fuerzas de inteligencia de los talibanes, llevada a cabo este sábado en la provincia de Takhar, al norte de Afganistán, ocho presuntos miembros del EI de Khorasan, la rama afgana de los yihadistas, resultaron muertos y otros cuatro fueron arrestados, dijo Saifullah Khalid, director de Investigación Criminal de la Policía de Takhar.

La operación especial, “basada en fuentes de inteligencia confiables“, llevó a los talibanes a un escondite del EI, dijo Khalid que además aseguró que los talibanes “destruyeron un centro de entrenamiento y equipo”.

Según la información la investigación, estos podrían ser “yihadistas uzbakos que operaba en la provincia de Takhar y participaron en algunos de ataques en esta región y las provincias vecinas”, apuntó.

Aunque los talibanes tienen el control total del país desde hace casi un año, su Gobierno, sin flujo de caja y aislado por las sanciones internacionales, ha tenido recursos limitados para echar a andar el país.

Desde la retirada de las tropas internacionales y el ascenso de los talibanes al poder, el grupo yihadista ha multiplicado sus ataques, convirtiéndose en la mayor amenaza de los fundamentalistas en el Gobierno.

Los talibanes han lanzado una serie de operaciones en buena parte del país contra el EI en las que han muerto o han sido detenidos decenas de yihadistas en una decena de las 34 provincias afganas; aun así, los ataques continúan en distintas zonas de Afganistán.

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