El número de muertos tras las lluvias torrenciales de los últimos días en el noreste de Brasil se elevó a 100, informaron este martes las autoridades locales, que continúan buscando a 14 desaparecidos. 

“Son 100 muertos confirmados en el estado de Pernambuco debido a deslizamientos y lluvias registradas desde el pasado miércoles” y hay 14 desaparecidos “identificados”, informó en un comunicado la Secretaría de Defensa Social del gobierno pernambucano.

Con la ayuda de “perros detectores y aeronaves”, más de 400 bomberos continuaban buscando a los desaparecidos, en su mayoría soterrados bajo el lodo que arrasó barrios enteros en la región metropolitana de Recife, capital de Pernambuco. 

Una de las comunidades más afectada fue Jardim Monteverde, un barrio pobre erguido en una ladera donde decenas fallecieron arrastrados por un “tsunami” de barro, según relatos de vecinos.

Al menos 24 municipios del estado decretaron la situación de emergencia por los estragos, que dejaron más de 6 mil personas sin hogar o desplazadas y grandes daños en las infraestructuras.

Cambio climático y planificación deficiente

El presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, sobrevoló la región el lunes y lamentó las muertes. Su gobierno habilitó un crédito de 1.000 millones de reales (unos USD 212 millones al cambio) para reforzar la asistencia humanitaria y reconstrucción, a cargo de las autoridades locales.

Bolsonaro fue criticado por afirmar que “lamentablemente estas catástrofes ocurren” en un país “continental (como Brasil)”.

Las lluvias empezaron a mediados de la semana pasada, pero se intensificaron el fin de semana.

Entre la noche del viernes y la mañana del sábado, el volumen de lluvias alcanzó el 70% de lo esperado para todo el mes de mayo en algunos puntos de la capital.

Las imágenes de Recife evocan el drama ocurrido en febrero en Petrópolis, en el estado de Rio de Janeiro (sureste), donde murieron 233 personas tras lluvias torrenciales y deslaves.

Los expertos atribuyen este tipo de tragedias a una combinación de fuertes lluvias -exacerbadas por el cambio climático- y a la construcción de grandes barriadas con viviendas precarias en escarpadas zonas de riesgo.

“El cambio climático podría ser responsable por el aumento de lluvias extremas, violentas, que están siendo detectadas no solo en Brasil, sino en todo el mundo”, dijo a la AFP José Marengo, coordinador de investigación del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales de Brasil (Cemaden).

“Pero no puede ser culpado de que gobiernos permitan construir en áreas de riesgo o de que la población pobre no tenga adónde ir y deba construir y vivir en áreas vulnerables”, añadió el especialista.

El Cemaden calcula que en Brasil 9,5 millones de personas viven en áreas de riesgo por deslizamiento o inundación, muchas de ellas en favelas -barriadas pobres-, sin estructuras de saneamiento básico.

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